Los tantras son un conjunto de escrituras con una base común cuyo objetivo es posibilitar la iluminación a través del camino de la transformación interna. Como efectos colaterales, el tantra es un camino que nos posibilita el equilibrio y la paz interior, la mejora de nuestras relaciones y la conexión con nuestro auténtico ser. Y por supuesto nos posibilita una experiencia de intimidad real y la mejora de nuestra sexualidad y relación con nuestro propio cuerpo. Si alcanzamos todo esto… ¿quién quiere la iluminación, verdad?
¿Qué es el Tantra?

El tantra no es una religión o una doctrina. No existe un libro o una linea de pensamiento única que podamos seguir. Tantra significa tejido o texto. El tantra es un conjunto de prácticas que nos ayudan a transitar la existencia más conectados con nuestra autenticidad.
Los tantras son una serie de textos que intentan explicar nuestra propia existencia, nuestra psicología, la vida y nuestra relación con ella. Fueron creados por diferentes corrientes espirituales a través de los siglos, en el oriente asiático, pero no intencionalmente. Nadie creó el Tantra, sino que posteriormente, a los diferentes textos con características estas mismas características únicas se los denominó tantras.
Por este motivo, el Tantra tiene influencias muy variadas como el taoísmo, el chamanismo, el budismo, el hinduismo, entre otros. Al ser una práctica no una doctrina fue siendo adaptada a creencias previas y fue evolucionando dando lugar a diferentes escuelas y linajes.
Las herramientas básicas del tantra son eminentemente prácticas. Utiliza la potencia de la mente a través de visualizaciones, imágenes y sonidos para alcanzar estados de consciencia que nos ayudan ver nuestros patrones y condicionamientos.
A través de la exploración personal, mantras, mándalas, rituales y prácticas meditativas nos ayuda a profundizar en nuestro inconsciente y ver los bloqueos y los comportamientos que nos perpetúan en situaciones, relaciones y personas poco saludables para nosotras.
Qué es el tantra
¿Por qué realizar este camino como base para la transformación personal?
Los occidentales no estamos interesados, en general, en encontrar la iluminación o en salir del samsara o rueda de reencarnaciones que nos mantienen repitiendo vida tras vida el sufrimiento, tal y como lo manifiestan las creencias hindúes y budistas.
Tenemos otros problemas más relacionados con el primer mundo. El estrés, la ansiedad, la agresividad del mundo que nos rodea son los males de nuestro tiempo. No podemos confiar en nadie, nos acorazamos y nuestras relaciones se deterioran.
No podemos mostrarnos de manera amorosa y compasiva porque sentimos que debernos protegernos. Y desde esa coraza de protección (consciente o inconsciente) no somos capaces de relacionarnos de forma íntima.
Si somos honestos con nosotros mismos nos daremos cuenta de que (en mayor o mejor medida) nuestra vida no nos satisface totalmente. O pensamos que nos falta algo para sentirnos completos y plenos (pareja, carrera, abundancia, tranquilidad, estabilidad…) o bien, aunque pensamos que lo tenemos todo, seguimos experimentando un vacío que no logramos llenar con nada.
Qué es el tantra
“La fuente de nuestro sufrimiento es una profunda desconexión con nosotros mismos.”
El origen del sufrimiento
Nacemos mamíferos, animales irracionales, en un mundo con una estructura social totalmente antinatural que no respeta nuestros ciclos e instintos humanos. Somos básicamente animales en cautividad que tenemos que se “socializados” para “encajar” en unos estándares de velocidad y productiva sin precedentes.
Hemos dejado de escuchar nuestros propios ritmos y necesidades. Funcionamos en piloto automático, entrenados para ser productivos y exitosos en el mundo.
Mucho se está haciendo para recuperarnos, pero no podemos bajarnos del mundo con sus normas sociales sin consecuencias. Y tampoco se trata de eso. Se trata de encontrar un equilibrio interno que nos permita desenvolvernos en el mundo sin ser tragados por él.
Qué es el tantra
La clave para regresar al equilibrio
Nacimos puros, auténticos pero socialmente inapropiados. Los primeros tres años de vida nuestra fuimos básicamente egocéntricos, tal y como debe ser desde un punto de vista madurativo. Estábamos totalmente sintonizados con nuestros deseos y necesidades. Éramos compasivos y asertivos, creativos y perseverantes, diseñados para el disfrute y la auto preservación. Seres humanos perfectos, completos, únicos, pero totalmente ajenos a lo que socialmente y en el ámbito relacional se esperaba de nosotros.
Aprendimos básicamente a encajar en lo que se esperaba de nosotros para recibir amor o no ser rechazados.
Aunque todo esto fue necesario, nos fue alejando de nuestra impronta personal, nuestros deseos, nuestra forma única de habitar el mundo y aprendimos que otros sabían mejor que nosotros lo que era mejor. De esta forma, nuestra brújula interna que sabe quien soy, qué quiero, cuál es mi energía, qué esta bien para mi fue perdiendo voz, para dársela a las voces externas que nos rodeaban.
Es posible que seguir esa voz externa nos ayudara en nuestra infancia, pero se quedó como referencia para saber qué era mejor para nosotras. Esta voz externa cuidó de nosotros y nos enseñó a operar en el mundo, pero al mismo tiempo silencio la voz interna de nuestra propia creatividad, instinto, intuición y energía natural.
A través de los años, la voz externa tomó varias formas: mi madre, mi padre, mi amigo, mi novia, mi jefa, mi marido, la sociedad, el partido político, la religión, mi cultura… Mientras nosotros luchamos por esforzarnos por alcanzar los estándares externos, sin cuestionar si tenían algo que ver con nosotros mismos.
¿Cómo te puede ayudar el tantra para mejorar tu vida?
autoestima y confianza.
El tantra es una práctica personal que nos ayuda a desactivar los condicionamientos internos que nos separan de nuestra verdadera esencia. No es una filosofía, sino una práctica que nos permite volver a conectar con esa brújula interna que nos guía hacia lo que está bien para nosotros, más allá de las expectativas y mandatos externos.
El tantra nos permite volver a sentir con nuestras emociones sin dejarnos abrumar por ellas, a conectar con nuestro cuerpo, sus necesidades y ciclos y a relajar nuestra mente para poder ver con claridad y tomar mejores decisiones de vida.
“El tantra nos permite volver a sentir con nuestras emociones sin dejarnos abrumar por ellas.”

La diferencia con otras prácticas es que el tantra no niega ningún aspecto de nuestra vida. No aspira a que seamos un ideal de persona, con unos comportamientos “puros”. Abraza todo nuestro ser, nuestras peculiaridades, nuestros deseos y nuestra sombra. Y nos permite sentirnos más a gusto con nosotros mismos. Esta es la clave para mejorar nuestra
Shiva y Shakti como manifestaciones de la unidad
La diferencia entre el tantra y el resto de las disciplinas y prácticas espirituales es que lo incluye todo: incluye el cuerpo e incluye la consciencia. En el tantra no existe lo impuro, todo es energía y consciencia, todo es vida, y con eso trabaja.

Para explicar el mundo el tantra utiliza dos símbolos que identifican las energías que lo manifiestan: Shakti o energía “femenina” (lo manifestado) y Shiva o energía “masculina” (la consciencia de lo manifestado). Son totalmente inseparables, por eso se hace referencia a ellos como una “pareja”. Pero en el Tantra, el lenguaje es totalmente metafórico.
En occidente hemos traducido estas dos energías como masculinas y femeninas, relativas a hombres y mujeres. Esto es un error. Ambas energías se dan en todos los fenómenos de la existencia en perfecto equilibrio.
Dentro de cada uno de nosotros operan estas dos formas de manifestación de energía. El tantra se ocupa de crear más de ambas en forma de energía vital (sexual), eliminar sus distorsiones y sublimarlas hacia una experiencia de unidad con el todo.
La energía sexual es la energía vital. Es capaz de crear vida y esa es la forma de energía más potente que puede existir. Por eso el tantra, en su versión más taoísta, trabaja con prácticas que nos ayudan a crear y sublimar esta energía como el camino más directo a la iluminación.
En occidente, la energía sexual tanto masculina como femenina se ha reprimido y distorsionado en grados tan elevados que ha perdido totalmente su naturalidad y su razón de ser. El porno ha convertido la sexualidad en una forma de satisfacer nuestras adicciones. El abuso histórico contra las mujeres se ha vertebrado entorno a la apropiación y el abuso de su cuerpo y la erradicación de las emociones.
Pero no podemos hacer algo al otro, sin hacérnoslo a nosotros mismos, y a la vez que destruíamos lo femenino fuera, lo destruimos dentro de cada uno de nosotros. El tantra es el camino de regreso.
El camino de regreso es el camino del corazón. Volver a ser valientes para sentir, para ser vulnerables y vivir en el mundo desde nuestra verdad, sabiendo que no es la única. Es el camino de la vuelta a la creatividad, la madurez y la responsabilidad personal.
El tantra nos ayuda a conectar con nosotros mismos y honrar el ser que somos, nuestra energía, nuestra historia, nuestras dificultades y vivir desde ahí. Pero sin olvidar que honrar lo que somos también es saber qué no es para nosotros y no condicionar nuestra existencia a los deseos de los demás.
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